Creando una comunidad que fomenta sinergias y pone en contacto a profesionales, pacientes y perfiles innovadores.
Desde Living Lab, llevamos a cabo diversas iniciativas para fomentar la colaboración y las sinergias entre profesionales sanitarios y agentes del ecosistema innovador. Una de ellas son los Cafés Temáticos, donde realizamos debates en formato de mesa redonda para tratar temas de actualidad del sector salud.
En la última edición, debatimos sobre las necesidades y retos asociados a la comunicación y coordinación entre niveles asistenciales, donde las nuevas tecnologías pueden ser un gran catalizador del proceso de mejora, aunque no el único. En este artículo, os compartimos la experiencia de los ponentes que participaron, que explican las buenas prácticas y necesidades de mejora que detectan en los proyectos en que están participando. Todos ellos, buscan tender puentes entre Atención Primaria y Especializada, para mejorar la calidad de vida de los pacientes y generar un impacto positivo en la sociedad.
Los ponentes participantes fueron los siguientes:
Jefe de Servicio de Cardiología del H. Clínico Universitario de Santiago de Compostela. Participa en un proyecto entre el centro de salud A Estrada y el hospital para mejorar la eficiencia de las interconsultas entre primaria y especialistas
Neuróloga en el H. Virgen de la Macarena de Sevilla y coordinadora de la Unidad de Ictus. Participa en el proyecto NeuroPrimaria
Jefe de Cardiología del Complejo Hospitalario Moisès Broggi. Presidente de la Asociación de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Participa en el proyecto ACER-C-AP.
Dr. Sergio Cinza Sanjurjo
Médico de familia en el Servicio Gallego de Salud. Participa también en el proyecto entre el centro de salud A Estrada y el H. Clínico para mejorar la eficiencia de las interconsultas entre primaria y especialistas.
Actualmente, la comunicación y coordinación fluida entre los niveles de Atención Primaria (AP) y Atención Especializada (AE) sigue siendo un reto por resolver. Proporcionar una buena atención al paciente en el nivel asistencial adecuado y comunicarse de forma eficiente entre los profesionales son las premisas fundamentales para lograrlo.
En el modelo clásico de atención al paciente, la AP es la puerta de entrada al sistema sanitario, y solo en los casos en los que se requiere, los pacientes son derivados a la AE. Esto puede ser debido a la necesidad de realizar pruebas complementarias que no se realizan en AP o bien porque se requiere del conocimiento del especialista sobre la patología. Relacionado con esto, nos encontramos con una de las principales problemáticas del sistema, y es que la AE se encuentra saturada actualmente, por lo que las citas al hospital se adjudican con demoras de varios meses.
En España no existe una solución estandarizada en cuanto a canales o protocolos para la comunicación y derivaciones entre AP y AE, lo que conlleva ciertas problemáticas como duplicidad de pruebas, retrasos en el diagnóstico, errores de medicación, falta de recursos en AP, y derivaciones evitables que conllevan la saturación de los hospitales. Por lo tanto, el gran reto de los profesionales sanitarios es recuperar la continuidad asistencial de los pacientes, y para ello, optimizar la eficiencia de las derivaciones entre AP y AE es un punto clave.
El COVID ha supuesto una alteración del modelo sanitario tradicional, y según Eurostat [1], en España aumentó la mortalidad un 17% tras la pandemia, principalmente debido a la pérdida de continuidad asistencial. Al perderse el control sobre la presión, el colesterol, la diabetes, etc. de los pacientes crónicos, estos abandonan la medicación y se producen más incidentes.
Es por ello por lo que, según el Dr. González Juanatey, el médico de AP debe ser el elemento central para resolver esta situación, ya que debe poder liderar el seguimiento y el diagnóstico de los pacientes, especialmente los crónicos. Por lo tanto, es necesario reconstruir y recuperar el liderazgo de AP en la toma de decisiones, para iniciar la mejora de dichos procesos.
“Los hospitales se tienen que abrir a la medicina de atención primaria y priorizar la atención a la demanda de nuestros colegas […]. Citar pacientes en tres cuatro meses es algo injustificable y nadie lo va a resolver como no seamos los profesionales.” Dr. González Juanatey.
Es común que los centros de salud trabajen con un sistema informático distinto al de los hospitales, e incluso que estos sistemas cambien entre comunidades autónomas. Es por ello, que la historia clínica compartida es fundamental. Son necesarios sistemas corporativos donde toda la información esté disponible, sin necesidad de navegar entre sistemas informáticos que no están interconectados. Este es el mayor obstáculo actualmente para una comunicación eficiente.
El H. Clínico Universitario de Santiago hace más de 20 años que cuenta con la historia clínica compartida, pero hasta hace pocos años, las listas de espera eran igualmente dramáticas. Cuando el médico de AP tenía una duda, la respuesta o citación de los especialistas podía demorarse hasta tres, cuatro o cinco meses. El cambio fue cuando se implantó “la interconsulta para todo tipo de derivación el 1 de enero del 2013, se pasó de un tiempo medio de respuesta de veintitantos días a tres-cuatro días […] agiliza todo muchísimo y toda la información está contenida en la historia clínica”, comparte el Dr. Cinza Sanjurjo. Debe haber un compromiso para que la historia clínica sea una importante vía de comunicación que resuelva dudas a los profesionales de AP y que favorezca que los tiempos de espera se acorten.
Por lo tanto, no basta con lograr una historia clínica compartida, es necesario abrir canales de comunicación con los hospitales para gestionar las demandas de los médicos de AP, y este elemento es central dentro un sistema informático integrado que facilite el trabajo diario y permita recuperar la continuidad asistencial.
Por otro lado, la Dra. Pérez Sánchez explica la necesidad de incluir a otros profesionales sanitarios en los procesos de comunicación compartida. En Andalucía, comenta que tienen contacto y comunicación con el médico de AP, pero ninguna relación con la enfermería y con el equipo de trabajo social de AP. Por lo tanto, es necesario incluir a estos perfiles sanitarios en los modelos de comunicación y coordinación, de forma que los Centros de Salud aumenten sus vías de contacto con la AE.
Los recursos son finitos y hay que saber organizarlos para impactar positivamente en la salud de la población. El Dr. Freixa Pamias comenta la importancia de las tecnologías TIC en este ámbito: “Tenemos que aprovechar que hay herramientas virtuales que permiten una mayor comunicación entre nosotros”.
Estos recursos digitales han permito al Complejo Hospitalario Moisès Broggi crear una aplicación que proporciona consejos de salud y reporta una serie de alarmas que detectan descompensaciones, de forma que se puede actuar precozmente y evitar el ingreso hospitalario en los pacientes crónicos. Es importante tener en cuenta las posibilidades de la consulta telemática y de la presencial, pero se deben estudiar los casos en que cada una puede ser más favorable y ofrecer a cada paciente lo más adecuado para ellos, siempre teniendo en cuenta su consentimiento.
Además, para poder calcular la eficiencia o mejora en el uso de los recursos sanitarios, es necesario definir unos indicadores comunes y métricas de resultados. En Galicia, por ejemplo, optaron por catalogar las causas de las derivaciones de AP a AE, y detectaron que el 14% era por dudas que pueden ser resueltas vía email (por ejemplo, dudas sobre los resultados de un electrocardiograma). También observaron que se podía instaurar la visita única, donde se hiciesen las pruebas necesarias y la visita con el especialista el mismo día. Así pues, tomaron como KPI principal la disminución de las visitas/derivaciones hospitalarias y los días de demora en la derivación de AP a AE.
Durante el debate, ha quedado patente que, a pesar de las diferencias entre comunidades, la problemática tratada es transversal a todas. La solución se encuentra en un cambio de mentalidad de los profesionales sanitarios, y es necesario un empoderamiento de los médicos de AP para el liderazgo de nuevos proyectos en el campo de la comunicación y coordinación. También se deben empezar a incluir métricas asistenciales, que permitan obtener resultados objetivos de los beneficios de los proyectos o de las necesidades de cambios a nivel organizacional. Las TIC pueden ser un buen recurso para gestionar una comunicación fluida y adecuada, pero debe incluir los puntos anteriores para ser eficaz en la resolución de las necesidades de pacientes y profesionales.
Fuentes de información:
[1] Comité Europeo de la Regiones. Barómetro Regional y Local Anual de la UE. Resumen 2021
https://cor.europa.eu/es/our-work/Pages/euregionalbarometer-2021.aspx
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